29 diciembre 2010

VICTIMAS DEL "TIGIO"

Hoy pensaba escribir sobre otro tema (ya lo haré mañana) pero ha llegado ésto a mis manos y no he podido evitarlo. Es buenísimo.

La autora es Señorita Pepis y su blog es Typical hispanis. Resumen: sometimiento a los dictámentes de las grandes marcas ("TIGIO" en nuestro idioma, ver ¿POR QUÉ MASSTIGIO?).

El título del artículo es "Mujeres víctimas de un complot" y es genial! Os transcribo algunos párrafos:

LAS MUJERES SOMOS VÍCTIMAS DE UN COMPLOT URDIDO POR MENTES PERVERSAS QUE SE REÚNEN EN UN LUGAR SECRETO Y DECIDEN LO QUE ELLOS LLAMAN ‘TENDENCIAS DE MODA’. ¿QUIÉNES SON? ¿CÓMO LO HACEN?

Yo me imagino que llega Paco Rabanne y dice:
- ‘Veo que este año se va a llevar el azul petróleo’.

Y saltan a dúo Victorio y Lucchino:
- ‘Eso, eso. Y los jerséis sin mangas, pero de cuello alto, ¡y que se jo….!’.


Realmente, yo me dí cuenta del poder que tienen cuando intenté comprarme un vestido rojo. Parece fácil, ¿verdad? Un vestido rojo. Pues no. ¡Porque las tiendas están en el ajo! Son las representantes de Dior en la tierra.

– Buscaba un vestido rojo.
– ¿Rojo? Este año no viene nada en rojo. Este año viene el azul petróleo.
- ¿Y eso rojo de ahí?
– Eso es la funda del extintor, pero si quieres te la saco.
¡Así es como empiezan las sectas: anulando tu voluntad! Porque, de repente, me veo diciendo:
– Vale, sácame uno azul petróleo de la 38- y, en ese momento, la dependienta me mira como se mira un Fiat Panda desde un todoterreno.
– ¿La 38? Tú estarás entre la 40 y la 42.
– ¡Yo me pruebo la 38 aunque me la tenga que meter a rosca!- y, claro, te miras al espejo y ves lo que ves. Una morcilla. Una morcilla azul petróleo.


Total, que hice lo que hacemos todas: llevármelo. Si, porque pensé lo que pensamos todas: ‘Así me obligo a adelgazar’. ‘Me obligo a adelgazar.’ ¿Seremos idiotas? A las dos semanas te estás obligando a regalárselo a tu sobrina. ¡Es como comprarte unos zapatos del 34 para obligarte a que te encoja el pie!

Aunque a veces consigues tener un momento de lucidez y decir: ‘No, no me lo llevo’. Y, entonces, esa enviada del mal que es la dependienta te dice la frase definitiva:
– Llévatelo, no seas boba, ¡que lo puedes devolver!
¡Y lo compramos! Como lo puedes devolver… Eso es como comerte un trozo de moqueta: ¡como lo puedes devolver!

Así que volví a casa con mi vestido azul petróleo de la 38. Me lo pongo y le pregunto a mi marido:
- ¿Como me queda?
- Pequeño.
– ¿Si? ¿Me marca mucho?
– Te va a hacer llagas.



Ahí me dije: ‘Modérate. Esta es otra prueba. La secta de la moda quiere que rompas lazos con tu entorno’. ‘¡No, no van a poder conmigo!’.

Me unté entera con vaselina para que me entrara el traje, y me presenté en la boda de mi amiga  vestida de azul petróleo. Cuando llegué a la iglesia me encontré con que íbamos todas iguales… Ahí te das cuenta de que te han captado, has entrado en la secta, y a partir de ese momento honrarás a Victorio y a Lucchino, no nombrarás a Chanel en vano y amarás a Dior sobre todas las cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario